Comienza un nuevo curso escolar. Llega el momento de llevar a tu hijo/ a la guardería por primera vez, con todo lo que eso conlleva: madrugar, separarse de ti durante una parte del día, empezar a adquirir nuevos hábitos, quitarse el pañal, compartir juegos con otros niños, aprender a comer solo… O llegar a casa acatarrado o con fiebre, hasta que su organismo se inmunice a todos virus. Su vida cambia radicalmente de la noche a la mañana, y el período de adaptación a esta nueva etapa resulta en ocasiones muy complicado. Tú te sientes fatal, pero no te queda otra opción. Calma, puedes ayudarle y ayudarte a hacer más llevadero este proceso. ¿Cómo? Lo vemos a continuación.
Pilar, madre soltera y trabajadora
Pilar es una madre separada con un niño de 2 años, del que tiene la custodia y un régimen abierto de visitas para un padre la mayor parte del tiempo ausente. Trabaja como profesora de danza contemporánea en una escuela de baile, lo cual le implica estar todo el día fuera de casa, hasta las nueve de la noche que regresa. Suerte que tiene a sus padres que pueden quedarse con Lucas, su pequeño, hasta que ella regrese.
Pero claro, ellos ya son mayores, tienen sus achaques, y Pilar siente que está abusando de su buena voluntad y que ya no tienen edad ni salud para hacerse cargo de un niño de 2 años durante tantas horas, con todo lo que eso conlleva: juegos, paseos, baño, comida… En resumidas cuentas, no quitarle ojo ni un segundo en todo el día. Si para ella es agotador, ¿qué no será para dos septuagenarios?
A Pilar no le queda más remedio que trabajar, ha de mantener la casa, a su hijo y a sí misma. Por eso ha decidido llevarlo este año a la guardería. De este modo aliviará un poco la carga a los abuelos y, de paso, contribuirá a que Lucas comience a socializar con otros niños y aprender nuevos hábitos y valores. ¡Y a ver si logra que comience a hablar, porque a estas alturas de su vida todavía no dice ni mú!
¿Cuál es la edad recomendada para llevar a tu hijo a la guardería?
La Asociación Española de Pediatría aconseja hacerlo a partir de los dos años. ¿Por qué? Porque a esa edad su sistema inmunológico ya está más desarrollado y por tanto, más protegido frente a todos los posibles virus a los que estará expuesto.
Además ya ha empezado a caminar y decir sus primeras palabras, con lo cual te puede expresar con mayor facilidad lo que han hecho, si está contento o no. Y por último, a esta edad es capaz de comprender y sobrellevar mejor la separación con sus progenitores durante unas horas al día. Pilar ha elegido un buen momento para escolarizar a Lucas, según recomiendan los pediatras.
Pero no es el caso de todas las madres. Las circunstancias mandan, y muchas se ven obligadas a dejar a su bebé en la guardería a los pocos meses de nacer. Hay que trabajar, pagar facturas y manutención. Conciliar la vida laboral y familiar, la meta. Como dice la experta Alejandra Melús en este artículo, en muchas ocasiones “la escuela infantil no es una elección, sino la única opción posible”.
Las reacciones de los primeros días
Hay que ponerse en la piel de un niño o niña de 2 años e imaginarse cómo se puede sentir en los primeros días de cole. Está fuera de su casa, en un entorno nuevo, rodeado de repente de niños a los que no conoce, sin su papá ni su mamá al lado para protegerle… ¡Como para no sentirse nervioso e inseguro! ¿No? Hay quienes se adaptan estupendamente y se lo pasan pipa desde el minuto uno, pero para otros peques este proceso resulta algo más duro.
¿A qué situaciones puedes enfrentarte en es estos primeros días?
- Lloros y pataletas a la entrada de la guardería.
- Que no te salude ni te haga el más mínimo caso cuando vayas a recogerlo. Es una muestra de su enfado.
- No quiere comer o come mal.
- En casa te busca para que lo mimes, quiere estar a tu lado todo el tiempo.
- Cambios en el carácter
- Dificultad para conciliar el sueño
- Se hace pis, vuelve a chuparse el pulgar o a querer el chupete
Tranquilidad, no te sientas culpable ni mala madre o padre por ello. Son reacciones normales los primeros días, dependen también de la personalidad y el carácter del menor, no todos responden igual, algunos se adaptan estupendamente desde el principio. Eso sí, si estos síntomas se prolongan demasiado tendrás que tomar cartas en el asunto. Habla con sus educadores, plantéate si la guardería que has elegido es la mejor para tu hijo/a o si sería conveniente reducir las horas de estancia.
Cómo ayudar a la adaptación
Como padre/madre tu papel es muy importante para ayudar al niño a afrontar este proceso sin angustia y con serenidad. Tanto para el/la peque como para ti. ¿De qué manera?
- Lo primero de todo es hablarle en términos positivos de la guardería, y quitarle todo el drama a la situación. Cuéntale que es un lugar donde lo va a pasar bien, donde va a jugar con otros niños, va a aprender canciones, pintar… Transmítele alegría y positivismo, tu actitud frente a esta situación es fundamental, porque de ella va a depender en gran medida cómo lo viva el pequeño/a.
- Si te es posible los primeros días déjalo menos tiempo, una o dos horitas, para ir facilitando su integración de forma progresiva. Esto le ayudará a transitar este período con mayor tranquilidad y autoconfianza.
- Procura que descanse las horas que necesita y levántalo con antelación suficiente para asearse, vestirse y desayunar con calma. Dale un buen desayuno y evita las prisas e ir contrarreloj. Ni te estresarás tú ni lo estresarás a él.
- Si esto le ayuda a sentirse más seguro, que se lleve su juguete o peluche preferido. Tener algo suyo, que le recuerde a su casa, le va a resultar un punto de apoyo importante.
- Cuando esté contigo, hazle caso, pregúntale qué tal le ha ido, interésate por él. Préstale atención unos minutos, que se sienta escuchado/a, y en la medida de lo posible, tu peque sea capaz de compartir contigo las vivencias del día.
- Mantén una comunicación fluida con los educadores. En la actualidad, gracias a los avances tecnológicos, muchas guarderías tienen su propia app para descargar en tu Smartphone. Podrás ver fotos de tu hijo en el centro, sabrás lo que come cada día, si ha ido al baño o no, cómo ha sido su estado de ánimo, si debes llevar algo al día siguiente… Pero además de esto, habla con los profes, la información que os facilitéis en ambas direcciones va a contribuir a una mejor atención para el menor.
Enfermedades propias de los niños en las guarderías
Mentalízate. La guardería es un foco de intercambio de virus y tu hijo seguramente se traiga algunos de ellos consigo. Catarros, gripes, fiebres, faringitis, otitis, gastroenteritis, erupciones cutáneas… Son las enfermedades más comunes en estos casos. ¿Entonces es mejor dejarlo en casa con una canguro para evitar que caiga enfermo o es mejor llevarlo y que desarrolle sus propios mecanismos de defensa? Aquí también hay mucha controversia y opiniones para todo.
No vamos a entrar en este debate, aunque sí te digo que esto sólo sucederá durante un tiempo, hasta que su organismo se inmunice. Y que no estás solo/a frente a estas situaciones, puedes recurrir a la ayuda de profesionales especializados. Un gran aliado en estas circunstancias es el seguro de salud.
Ventajas de tener un seguro de salud
Disponer de un seguro de medicina privada puede resultar de gran utilidad para los más pequeños de la casa. Puedes elegir el pediatra que más confianza te dé, dado que durante un tiempo lo vas a visitar con frecuencia. Te va a ayudar también durante esta fase de adaptación del pequeño a la guardería, lo cual es una tranquilidad para ti como madre/padre. No vas a tener que esperar para que te den cita ni para entrar a consulta. Y además va a tener menos limitaciones a la hora de recetarle según qué medicamentos o tratamientos.
Pero no sólo eso. Si escoges un buen seguro de salud tendrás a tu disposición, además, un servicio de orientación pediátrica o psicológica. ¿En qué te facilita la vida esta cobertura? Pues que puedes llamar por teléfono a cualquier hora del día para solicitar el asesoramiento de un profesional. ¡En un momento de crisis e impotencia puede ser la salvación!
Espero que esta información te haya sido de utilidad. ¿Quieres saber más sobre el servicio de orientación pediátrica del seguro de medicina privada? Contacta conmigo y te asesoraré.
¡Hasta la próxima semana!
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