Los españoles nos gastamos cada invierno en torno a 2000 € en calentar la casa mediante sistemas eléctricos. Si la calefacción es de gas la cifra se reduce a la mitad. En cualquier caso se trata de cantidades inasumibles para muchas familias. ¿Es posible reducir el consumo? Vamos a verlo.
Te mueres de frío. En tu propia casa. Y no es porque no tengas un buen sistema de calefacción, que lo tienes, sino porque te acobarda pensar en la próxima factura de la luz o el gas. Así que no la enciendes nunca, o la enciendes lo mínimo posible, y te tapas con unas buenas mantas. O te vas a la cama temprano para estar calentito/a y no gastar. Esta situación se repite con bastante frecuencia en muchos hogares de nuestro país. ¿Es necesario llegar a estos extremos? ¿Cómo puedes gastar menos en calefacción sin tener que renunciar a ella?
Cómo calentar la casa sin encender la calefacción
Se trata de aplicar un poco la lógica y ser constante. Repasemos el listado de precauciones para conservar el calor del hogar:
- Puertas cerradas. Hay habitaciones donde no entras en todo el día y otras donde haces vida. Si mantienes las puertas cerradas será más fácil mantener la temperatura de cada estancia. Sobre todo en la cocina, donde siempre las temperaturas son mayores debido a la presencia y funcionamiento de los electrodomésticos.
- 10 minutos son suficientes para ventilar una habitación. Cíñete a eso y hazlo antes de comenzar a caldear la casa.
- Deja que entre la luz del sol en la casa durante el día. Así acumulará calor de manera natural.
- Al atardecer, por el contrario, baja las persianas y corre las cortinas, a fin de aislarte de la corriente que se cuela por las rendijas de las ventanas. Y mantenlas así toda la noche.
- Pon alfombras en el suelo, actuarán como aislante. Al igual que los muebles, cuadros y estanterías que cuelgan de las paredes. Cuanto más desnuda esté una pared más fácil es que penetre el frío a través de ella.
- Ni una rendija en las ventanas. El doble acristalamiento es un sistema de aislamiento térmico ideal, pero si no es tu caso siempre podrás tapar con silicona, burletes o incluso cinta aislante esas dichosas rendijas por las que se cuela el aire.
- Apaga la calefacción cuando no estés. Esto de dejarla todo el día para mantener la casa caliente es un error, gastarás más que si la apagas y la enciendes cada vez, por mucho que el arranque requiera de un mayor consumo energético.
Recomendaciones para utilizar la calefacción de forma eficiente
Calefacción a gas
- Limpia radiadores antes de su primer uso desde el invierno anterior. De este modo saldrá el aire acumulado, dejando espacio libre para que pueda circular el calor a través de los conductos.
- Cierra las habitaciones que no utilices y apaga la llave de sus radiadores. ¿Para qué hacer un consumo de energía innecesario?
- La temperatura óptima para caldear una estancia son 21ºC, cada grado por encima de esa cifra eleva un 7% el consumo energético.
- Procura dejar los radiadores siempre descubiertos, sin colocar ropa húmeda encima para que se seque más rápido. Esta práctica también repercute en tu factura.
- Aplica el mantenimiento adecuado a la caldera y si necesitas cambiarla escoge una más eficiente energéticamente. Aunque sea más cara a la larga ganarás en ahorro.
Calefacción eléctrica
Los radiadores eléctricos tienen una gran ventaja: no requieren instalación, como ocurre con el gas, y su precio de adquisición es inferior. Pero suelen ser los sistemas más caros desde el punto de vista de consumo energético. Por eso se recomienda utilizarlos en lugares donde el clima, por norma general, es más cálido, así como en viviendas pequeñas. ¿Cómo utilizarlos sin que se dispare la factura eléctrica?
- Utiliza el termostato y programa su encendido y apagado. Tenlos en marcha únicamente cuando estés en casa. La temperatura óptima es entre 20 y 22ºC.
- Evita dejarlos encendidos toda la noche.
- Sitúalos debajo de la ventana para facilitar que el aire caliente se distribuya de una manera más uniforme en la habitación.
¿Cuál es el sistema de calefacción más eficiente?
Junto al gas y la electricidad conviven otros sistemas de calefacción tradicionales y más económicos, como el butano o el gasóleo. Sin embargo, que sean más económicos no quiere decir que sean más recomendables.
- La calefacción a butano es el método con más riesgos, por la cantidad de monóxido de carbono generada durante la combustión. Es importante mantener siempre la puerta semiabierta si usas una estufa de este tipo, para que haya ventilación. El monóxido de carbono no huele, no se nota, y su inhalación puede ser letal. Fíjate en la cantidad de casos de intoxicación que, por desgracia, se suceden cada invierno.
- Calefacción de gasóleo C o propano. El gasóleo es otra materia prima que conlleva un riesgo de explosión además de ser altamente contaminante. De hecho debe almacenarse en tanques que suelen estar aislados de la vivienda.
Hoy en día existen sistemas menos contaminantes, más seguros y eficientes desde el punto de vista energético, como pueden ser las bombas de calor, la calefacción eléctrica, suelos radiantes, emisores termoeléctricos o la calefacción con biomasa (o pellets). Es conveniente que estudies bien cuál elegir, en función de la climatología de la zona y las características de tu vivienda.
Siguiendo estos sencillos consejos conseguirás aliviar un poco el peso de tu factura y disfrutar del calor del hogar este invierno. Porque a ti también te encantan las tardes de sofá, peli y manta, ¿a que sí?
Y recuerda que si algo va mal, tu seguro de hogar te da también cobertura en estos casos.
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