Una mochila, una cámara de fotos y tres de grabación. Y una gran pasión: descubrir las emociones que las flores despiertan en las personas de todos los rincones del planeta. Así es como emprendió su aventura Antonio Vicent hace ahora dos años, cerrando su floristería en Castalla (Alicante) para volcarse en la materialización de su sueño. ¿Quieres conocer su proyecto y a la persona que hay detrás de él? Hemos tenido el inmenso placer de entrevistarlo y esto es lo que nos ha contado.
Así se gestó la aventura: Floral Adventure
Antonio, para todos los que todavía no te conozcan cuéntanos cuál es el objetivo de este viaje.
El objetivo que busca este emocionante viaje es mostrar algo que hasta el día de hoy no se había mostrado: las emociones y sensaciones que la naturaleza despierta en las personas de los cinco continentes, así como visitar cinco de los seis reinos florales.
¿Desde cuándo esta pasión por las flores y por qué?
Mi pasión por las flores fue de casualidad. Un buen día mi madre tenía una revista con un arreglo de flores y con la materia prima a mi alcance. Así fue como intenté realizar, copiando, mi primera composición floral.
Según figura en la prensa lo tuyo era la medicina, ¿qué paso para que tu rumbo cambiara de esta forma?
Lo que sucedió fue sencillo, pasé por un gran bache emocional y personal: cursaba mis estudios en el instituto y me comunicaron, tras el primer trimestre, que no servía para estudiar, que nunca lo lograría. Podrás imaginar a esas edades lo demoledor que resultó, pero mis padres me dijeron: “hijo, tú puedes ser lo que quieras ser y puedes hacer lo que quieras hacer”. Y estudié el oficio que poco a poco se convirtió en mi pasión. Hoy por hoy, y para quitarme aquella espina, me he graduado con nota, siendo Técnico Superior en Arte y Diseño.
¿Cuándo descubriste que este viaje era tu sueño y cómo es ese momento en el que uno se dice a sí mismo: “adelante, a por ello”?
Siempre me ha apasionado viajar, conocer otras culturas, otras costumbres, otras tradiciones. Y sinceramente lo más duro de este viaje fue tomar la decisión, ya que eres plenamente consciente de que lo arriesgas todo a una carta. Sabes que puede salir bien o no. Pero esa vocecita que todos tenemos en nuestro interior te dice: “¿qué es lo máximo que puedes perder?” La respuesta es dinero, pero a cambio voy a ser inmensamente rico en experiencias y vivencias.
Comentas que lo más difícil de este viaje fue tomar la decisión y subir al primer avión, ¿cómo se hace para vencer el miedo, las dudas y los comentarios de un entorno que te tilda de loco cuando les cuentas tu proyecto?
Cierto, todo el mundo, mis padres incluidos, pensaron que estaba loco. Antes de todo hay que decir que no hay una fórmula definitiva para vencer al miedo. Este no desparecerá por arte de magia de la noche a la mañana, más bien todo lo contrario. Ten por seguro que será un proceso largo que requerirá cierto esfuerzo de tu parte. En primer lugar, la única forma de vencer de cierta forma el miedo es afrontándolo. Es decir, cuando estés en un momento que no sea de tu agrado y quieras huir de él, porque no lo quieres encarar, lo mejor que puedes hacer es actuar y no dejarte llevar por tus instintos. Y para conseguirlo piensa fríamente en la situación en la que te encuentras y después decide qué pros y contras te puede aportar a lo que te estás enfrentando.
¿Y para separarse de los seres amados? Siempre he estado muy apegado a mi familia, pero pensé que ellos seguirán amándome, esté donde esté.
¿En qué te basaste para seleccionar todos los países que estás conociendo?
Al ser un proyecto pionero tenía conocimientos de algunos lugares que seleccioné basándome en su historia, como ocurrió en Europa. Otros los voy descubriendo a medida que avanzo en mi viaje, y los lugareños me recomiendan otros que ni sabía que estaban. Siempre trato de investigar lo desconocido.
Resulta simbólico que antes de emprender el viaje se quemara tu casa con todo dentro, ¿cómo encajaste este suceso?
Imagínate. Pasas de tener tu hogar con todo, más las rutas del viaje, contactos almacenados en discos duros, a perderlo absolutamente todo. En esos momentos sientes un vacío en tu interior difícil de describir. No podía pensar ni mucho menos decidir nada.
¿Pensaste en abandonar tu aventura después de aquello?
Ni mucho menos. Tuve dos días de profunda reflexión conmigo mismo en los que me dije: “voy a tener que superar muchos retos para lograr mis objetivos, vamos a superar el primero de ellos, al regresar ya reconstruiré la casa”. Defiendo que desconocemos cuáles son nuestros límites hasta que pasa algo así, dándote cuenta que eso tan sólo es material y lo que realmente importa está intacto: eres tú.
Objetivo, grabar un documental.
Estás estudiando las emociones que las flores despiertan en las personas procedentes de todas las culturas y países, ¿a dónde quieres llegar con ello?
Quiero documentar cómo una flor tiene el poder de cambiar el día a una persona, no hay testimonios pero sí rostros de personas llenos de alegría y felicidad.
¿Cómo vas a utilizar luego toda esta información?
El objetivo es montar un documental, nuevo y diferente, mostrando cómo las flores están presentes en nuestras vidas desde nuestro nacimiento hasta nuestro último adiós y las emociones que estas trasmiten. Al igual que el respeto que le debemos a la naturaleza.
¿Dónde te encuentras en estos momentos?
En estos momentos estoy en Quito (Ecuador)
¿Qué actividades estás realizando y con quiénes?
Tengo la gran fortuna de estar trabajando con Pro Ecuador y Flowers for Kids. Gracias a ellos puedo visitar las fincas de cultivo de flores y conocer de primera mano su cultura floral, que es realmente impresionante. Tendré el honor de poder dar una charla en el Ministerio de Exteriores de Ecuador sobre las emociones y sensaciones que las flores tienen en los países que he visitado.
¿Qué países te quedan por visitar y cuándo tienes previsto regresar a España?
Mi ruta es: Colombia, Panamá, Cuba, EEUU, Canadá y finalizar en África. Mi regreso de momento es la gran incógnita (risas).
Sacar adelante el proyecto sin respaldo económico
¿Qué haces cuando llegas a un nuevo destino?
Lo primero es buscar el hospedaje para dejar la mochila. Acto seguido me dirijo a la oficia de información turística para averiguar cómo llegar a donde deseo, tarifas de transporte público, zonas inseguras, etc.
¿Habitualmente ya tienes decidido el lugar donde vas a vivir, cómo lo haces?
De momento aún no sé el lugar donde voy a vivir, ja, ja, ja… Si te refieres al lugar donde voy a dormir, en función de la hora de llegada, lo voy a ver personalmente o reservo por internet. Duermo en hostels y comparto habitación máximo con 16 personas o mínimo con 4.
¿Cuánto tiempo te quedas en cada lugar?
Esta es una buena pregunta, habitualmente entro por aire y en América Latina debes de tener un billete de salida, por lo que me guío por el precio más económico para la salida.
Hasta el momento, ¿cuál es el hallazgo que más te ha llamado la atención en este estudio?
El hallazgo más importante es la gente que he ido encontrando en mi camino. He aprendido mucho en un año y dos meses de viaje, ¡y lo que me resta…! El mundo no es tan malo como los medios nos venden.
¿Con qué recursos cuentas para la realización de este documental?
Con tres cámaras de grabación y una de fotografía
¿Y para mantenerte durante todos estos meses?
Al principio me mantenía con 40€ diarios, ahora muchas veces a cambio de trabajar media jornada duermo en algunos hostels, o consigo ayuda de amigos que me dan de comer y un lugar para dormir. Realizo fotos, cortos de vídeos para los hostels, etc. Me las ingenio para poder estirar al máximo el viaje.
¿Dispones de algún tipo de respaldo económico, tipo un patrocinio o mecenazgo?
No, es un proyecto autofinanciado. Pero toda ayuda será bienvenida.
El mensaje de las flores
¿Qué podemos aprender los seres humanos de las flores, más allá del disfrute meramente estético?
Mucho, verás, las flores en muchos países dan a familias la oportunidad de tener un futuro mucho mejor, que sus hijos puedan asistir a universidades y ver sus sueños cumplidos.
¿Qué mensaje nos dan las flores?
Puedo decir esto, la flor es mi alegoría del amor, simboliza la diferencia que veo entre querer y amar. Si quieres una flor, la arrancas para tenerla contigo; si la amas, la riegas y cuidas todos los días.
Una flor que defina tu estado anímico en este momento y por qué.
La flor de loto es la flor que me definiría, ellas crecen en el fango y cuanto más fango hay más hermosas son. Soy persistente, tanto que a veces resulto pesado. No me rindo fácilmente. Sobre todo creo en mí y en mi proyecto.
¿Las flores sirven para expresar aquello que el hombre no puede o no sabe expresar con palabras?
Cierto, pero más que lo que el hombre no puede expresar con palabras ellas son las mensajeras de un sentimiento, de una emoción.
¿Por qué nos cuesta tanto mostrar las emociones?
Por miedo, verás, el otro día en una estación de bus coincidí con una chica a la que le llamó mucho la atención mi mochila con banderas. Me decía que ella en su país era muy tímida y reservada, pero que cuando viaja se vuelve otra persona. Le pregunté: “¿ y por qué no eres siempre así?” Me respondió que no lo sabía. Le pregunté si creía que era miedo a que no la aceptaran así. La respuesta fue: “sí”.
Creo que si nos quitásemos esos perjuicios y miedos para escuchar a nuestro corazón seríamos mucho más felices.
¿Cuál es la emoción que se esconde en la mayoría de los casos detrás de la entrega de una flor?
La felicidad en su máxima expresión.
Un viaje también hacia el interior
Dice tu madre que allá por donde vas dejas huella en la gente con la que tratas, que ayudas a muchas personas con tus palabras, con tu forma de ser, con las cosas que haces. ¿Eres consciente de ello, esto forma parte también del objetivo de tu viaje?
No, no es ni ha sido un objetivo del viaje. Es algo que no planeas ni mucho menos imaginas. Me gusta ayudar a la gente sin esperar nada a cambio.
Me aconteció que di una charla en Bariloche (Argentina). Estando realizando fotos en el centro cívico se acercó una madre con su hija para decirme que gracias a mi charla su hija volvía a creer en si misma y a querer estudiar. Aquello me emocionó. Creo que estamos tan acostumbrados a no ser valorados que cuando yo llego a muchos lugares y valoro el trabajo de las personas, su dedicación, estas se sorprenden.
¿Cuál es el motor que te impulsa a seguir avanzando cada día cuando tienes un momento de desánimo o se te presenta un obstáculo difícil de superar?
Esa pregunta es la que todos me hacen, ja, ja, ja. A ese motor lo llamo pasión e ilusión. Sobre todo debes de creer mucho en ti mismo, cuando algo te apasiona e ilusiona tu mente y tu cuerpo no conocen límites.
Siempre me miro al espejo y me digo: “hoy va a ser un gran día”. He aprendido a desarrollar en situaciones muy extremas un sistema de no desesperarme y contemplar la escena como si fuera un tercer espectador.
¿Cómo cuidas de ti mismo?
Cuido de mí y de mis mochilas de un modo que resulta obsesivo, estoy siempre alerta, no dejo que nadie me toque a mí o mis pertenencias. Antes de sacar cualquier cámara observo la situación y valoro si es seguro o no.
¿Cuál ha sido el peor y el mejor momento vivido hasta ahora?
El peor como todos saben, cuando temí por mi vida en Varanasi (India). Creo que el mejor aún está por llegar.
¿Después de estar viviendo una experiencia como esta uno se adapta a vivir el día a día sin planificar el futuro?
Creo que todo el mundo vive pensando en lo que hicimos ayer, en qué haremos mañana. Pero nadie piensa y vive el hoy, el aquí y el ahora, creo que es lo que nos falta. Dejar de pensar en qué será de nosotros en el futuro para vivir y disfrutar del aquí y ahora.
¿Hay previsto un “y después qué” o lo dejas en manos del destino?
Como te he citado con anterioridad pienso en el aquí y en el ahora, el futuro no está escrito, el pasado es eso, pasado. Entonces ¿para qué me quiero preocupar del “después qué”?. Sea lo que sea lo afrontaré en ese momento, de nada me sirve gastar energías en ello ahora.
Muchísimas gracias por dedicarnos tu tiempo, Antonio. Te deseamos mucho éxito en este proyecto.
Muchas gracias a ti por brindarme este espacio. Un beso desde Ecuador.
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