Para terminar con el relato que comencé hace un par de semanas os dejo esta interesante información, que, por lo que he podido comprobar, pocas personas conocen. Después de haberme paseado por las oficinas de la Seguridad Social y de Hacienda buscando un asesoramiento experto decidí investigar por mi cuenta y recurrir a contactos. Y así fue como descubrí esta opción que a continuación os explico.
DIARIO DE UNA EMPRENDEDORA. PARTE III.
Menos mal que una es un culo inquieto y tiene algún que otro contacto. Buscando información para autónomos a través de la web descubrí que hay más de un portal especializado en estos temas. Y así fue como, leyendo uno de los artículos que publicaban, me enteré que desde septiembre pasado existe la posibilidad de compatibilizar el estar de alta como autónomo con seguir cobrando la prestación por desempleo durante 9 meses.
No daba crédito a lo que estaba leyendo. Era la solución para mí. En realidad era tan buena noticia que pensaba que no podía ser verdad y que habría gato encerrado. Como las cosas pasan cuando tienen que pasar en aquel momento recibí el encargo de un cliente importante, al que sí o sí tendría que facturarle finalizado el trabajo, y que además podría proporcionarme más encargos en el futuro. Lo tenía claro. Me tenía que dar de alta.
A través de una amiga contacté con una asesora que me citó en su despacho para que pudiera realizarle todas las consultas que quisiera sin tener que pagarle un céntimo. Y fue ella, bendita la hora, quien me confirmó lo que ya había averiguado por la web: que sí, que podía compaginar la prestación por desempleo con estar dada de alta durante 9 meses. Y me envió a mi oficina del paro para iniciar trámites.
No sólo eso, sino que me explicó cómo tenía que emitir las facturas, qué porcentaje de IVA y de IRPF me correspondía aplicar, y me contó también que tenía la obligación de pedir un certificado digital en la Seguridad Social, cosa que ninguna de las dos personas con las que hablé allí me comentó. Y además si decidía que fuera ella quien me llevara toda la gestión me iba a cobrar un precio muy reducido durante los primeros meses por sus servicios, en función de cómo evolucionara mi facturación.
La oficina de empleo: otro mundo
Así pues, y después de haber solicitado cita previa online, me entrevisté muy brevemente con una funcionaria del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal, el antiguo INEM), quien me confirmó una vez más que podía compatibilizar la prestación de desempleo con el alta de autónomo durante 270 días. Durante ese tiempo no sería reclamada por este organismo para asistir a ningún curso ni ninguna entrevista, pero eso sí, tendría la obligación de seguir renovando cada tres meses, online, por supuesto, mi solicitud como demandante de empleo. Me facilitó el impreso que tenía que rellenar para solicitarlo y me comentó que una vez dada de alta en la Seguridad Social tenía un plazo de quince días para presentar la documentación acreditativa del alta junto con la solicitud de prestación cumplimentada.
Genial, ya tenía toda la información necesaria. A los pocos días ya estaba dada de alta y volví con toda la documentación para solicitar la continuidad de la prestación. Me lo cuñaron todo y me dijeron que recibiría una notificación por escrito en mi casa con la resolución, pero que quedaba tramitado y que no iba a haber ningún problema. Pregunté si tenía que hacer algo más, me dijeron que no, que simplemente esperar, que estaba todo en marcha.
Y me fui tan feliz a mi casa, por fin lo había logrado. Después de dos meses yendo de acá para allá había conseguido darme de alta, emitir y cobrar mis dos primeras facturas y publicitarme a través de mi página web, las redes sociales y presencialmente mediante la entrega de tarjetas con total tranquilidad y, dicho sea de paso, dejando atrás esa sensación de estar jugando en una liga inferior. Si quería dar una imagen profesional tenía que serlo.
Renovar el paro: la última sorpresa
Llevaba ya un mes trabajando para varios clientes, totalmente concentrada en mis tareas de redacción, planificación, gestión de redes sociales, elaboración de presupuestos, visitas a clientes, diseño web y un sinfín de tareas derivadas, cuando llega el día de renovar el paro. Lo recordé de pura casualidad, puesto que en mi mente yo soy una trabajadora por cuenta propia, 100% en activo, y como tal estaba actuando.
Entro en la web del servicio autonómico de ocupación, introduzco mi DNI y mi código de renovación y… ¡Sorpresa!“Usted no consta de alta en nuestros sistemas”. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Qué me han dado de baja? Tuve un arrebato de cólera del que no voy a dar detalles pero que podéis imaginar, estaba a media hora de cierre de las oficinas de empleo y tenía un artículo a medio escribir. Cogí la carpeta con todos mis papeles, salí corriendo a la calle, paré un taxi y llegué a diez minutos de la hora de cerrar. Saqué mi numerito para poder ser atendida y me senté frente a la funcionaria hecha una furia. Traté de calmarme, estas cosas es mejor solucionarlas con templanza.
Pues sí, en efecto. Lo que yo sospechaba. Al darme de alta en el régimen de autónomos automáticamente había sido dada de baja como demandante de empleo, cosa que no tuvieron la gentileza de decirme cuando fui a solicitar información sobre cómo había que proceder. Como el SEPE funciona por un lado y en este caso, el SERVEF (Servicio Valenciano de Empleo y Formación) por otro, entre ellos no se cruzan los datos. Vaya por dios, en la era de la digitalización, de la web 3.0, de la globalización, y no se intercambian los datos de cada solicitante. Fue en ese momento cuando me informaron que tendría que haber hablado con el SERVEF para comunicarles mis intenciones y que no me dieran de baja. Que eso no es competencia del SEPE y no tiene por qué saberlo.
Por suerte la funcionaria hizo todo lo que estaba en su mano, me volvió a dar de alta otra vez, me imprimió un certificado según el cual consto como ocupada en sus bases de datos, además de mi ficha de demanda en la que aparece reconocida la prestación por desempleo.
A los pocos días recibí en mi domicilio la comunicación por escrito en la que se me reconoce el derecho a la compatibilidad solicitada, además de la fecha en la que se extinguirá el mismo.
Por unos servicios de calidad
Creo que por el momento se han acabado las sorpresas y que podré seguir intentando sacar adelante mi proyecto sin más sobresaltos. Pero si os cuento todo esto es por si puede serviros de ayuda a quienes estéis pensando en emprender y necesitéis información. Claro, todo esto está a expensas de lo que el futuro gobierno determine con respecto a los trabajadores por cuenta propia, pero hasta que llegue ese momento mi consejo es que os asesoréis con un profesional de todos los pasos que tenéis que dar y de todas las ventajas de las que podéis disfrutar.
Y ahora os voy a dar una información extra, que seguro os va a ser útil: si sois clientes de Mapfre podéis acceder sin coste adicional al programa teCuidamos, que, entre otras muchas cosas, ofrece asesoramiento gratuito sobre el tema fiscal, laboral y administrativo. Podéis plantearles todas estas consultas referentes a las gestiones para darse de alta como autónomo y seréis asesorados por personal experto. Y gratis. Sin moverse de casa.
Aprovecho también para reclamar a los servicios públicos de empleo, a la Seguridad Social, a las delegaciones de Hacienda y a todos los organismos afectados que, por favor, tomen las medidas oportunas para dar una información correcta y completa a todo aquel que la solicite, porque luego a la hora de sancionar no les vale que aleguemos el desconocimiento de la norma.
A pesar de todas las trabas que podáis tener, si tenéis un proyecto, ¡adelante! Iréis superando los obstáculos conforme vayan llegando, no os preocupéis, pero la satisfacción de ver los frutos del trabajo y de realizarse profesionalmente compensa todo lo demás. Eso sí, tendréis que estar dispuestos a llevar la iniciativa en todo momento y a pelear por lo que queréis. Si sois de los que hacen que las cosas ocurran en vez de esperar a que lleguen tiempos mejores, este es vuestro mundo. ¡Sed bienvenidos!
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