Seguramente ya conozcas esta noticia. El mes pasado se declaró un incendio en una vivienda de Amoeiro (Orense). Su inquilino encendió la chimenea y, aterrado, comprobó como en pocos minutos las llamas arrasaban la casa por completo, amenazando también a las viviendas colindantes. Afortunadamente ni él ni su familia sufrieron lesiones y los bomberos  pudieron sofocar el incendio en poco tiempo. ¿Tú también tienes chimenea en tu casa? ¿Sabes cómo puede ayudarte el seguro de hogar en un caso como este? Te lo cuento a continuación.

 

Se acerca el invierno. Las tardes de sofá, manta y peli, de quedarse en casa calentito mientras caen las temperaturas en el exterior y las calles quedan desiertas. Y cómo no, llega el momento de encender la chimenea del hogar. Podrías pasarte horas mirando el fuego, escuchando el crepitar de las llamas y disfrutando de esos momentos en compañía de tu pareja, de tu familia, de tus amigos… Por no hablar de esas patatitas asadas al fuego, ¡qué ricas!

Esta estampa tan clásica del invierno puede  convertirse en tragedia en pocos instantes si no tomas las precauciones oportunas.  Lo  ocurrido en Orense el mes pasado es un suceso más habitual de lo que crees. Y es que la primera causa de incendios ocurridos en el hogar son las chimeneas.

 

¡Socorro, mi casa se quema!

 

Ante un caso de incendio, evidentemente, lo primero es llamar al 112, el teléfono de emergencias, para que acudan los bomberos lo antes posible a tu domicilio. Una vez  el fuego esté apagado y tú estés fuera de peligro corresponde hacer la valoración de los daños, tanto los de tu casa como las de las colindantes, dado el caso.

Deberás dar parte a tu compañía de seguros y un perito se desplazará hasta tu vivienda para evaluar los daños en términos económicos. A continuación pasará el informe a la aseguradora con la cifra a la que asciende dicha valoración, para que puedas proceder al cobro de la indemnización.

Lo siguiente es reparar todos los daños ocasionados, aquí  pueden entrar en juego profesionales de muchos campos: fontaneros, pintores, albañiles, carpinteros, electricistas… Pueden ocurrir dos cosas:

 

  1. Que tu compañía de seguro no tenga reparadores: tendrás que encargarte de llamar a los profesionales necesarios, coordinar el orden y las fechas en las que acudirá cada uno de ellos… Y pagarles por sus servicios. Tendrás que recopilar todas las facturas y pasarlas a tu aseguradora para que te las abone.

 

Imagínate si este fuera el caso del afectado por el incendio de Orense, al que se le quemó por completo su casa. ¿Te imaginas el desembolso que hubiera tenido que hacer de entrada? ¿Y el tiempo que tendría que esperar hasta cobrar la indemnización?

 

  1. Que tu compañía sí disponga de reparadores. Aquí la cosa cambia mucho porque no tendrás que preocuparte absolutamente de nada. Desde tu oficina se van a encargar a llamar a los reparadores implicados y a coordinar las visitas de cada uno para que vayan seguidos y no tengas que esperar ni un día entre uno y otro.

 

Y, lo más importante, no  les tendrás que pagar ni un céntimo porque ya la compañía se encarga de ello.  Ahorras tiempo y dinero, e imagino que en una situación así desearás que todo vuelva a la normalidad cuanto antes y con el mínimo perjuicio para ti.

 

 

 

Benditos bomberos, pero ¡ojo!

 

bomberos photo

 

Nunca nos cansaremos de agradecer la labor de los bomberos, la rapidez con la que actúan y su profesionalidad absoluta ¡cuántas vidas han salvado poniendo en riesgo las suyas! Pero ojo, que a ellos también hay que pagarles unas tasas, que están cubiertas por el seguro, y que no son nada baratas.  ¿Te has parado a pensar en esto?

Y por último está la responsabilidad civil, otra cobertura unida al seguro de hogar. Si las llamas avanzan por los tejados hasta las viviendas de tus vecinos también tendrás que hacerte cargo de la reparación de los daños que les provoque.  Y la cifra puede ser muy elevada en un caso como este, resultando inaccesible para muchos bolsillos. De ahí la importancia de incluir esta cobertura en la póliza.

 

Con un poco de sentido común podrás evitar muchos riesgos.

 

La prevención es fundamental para evitar siniestros como este. Dados los riesgos que entrañan las chimeneas en una casa, siempre, siempre, siempre procura realizarles el mantenimiento adecuado, es imprescindible una limpieza  y revisión anual. Y una vez la tengas en uso toma precauciones como asegurarte que queda apagada totalmente cuando te vayas a dormir o vayas a salir de casa, no situar cerca productos inflamables y utilizar los combustibles adecuados. ¡En ningún caso emplees gasolina o alcohol para encender el fuego, por favor!

 

Espero que este artículo te haya sido útil. Como siempre, mi consejo es que te asesores bien antes de lanzarte a escoger la oferta más llamativa y que te asegures de tener todos estos puntos cubiertos.  Contacta conmigo y hablamos de tu caso, estaré encantada de ayudarte.

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