Nos encontramos ante el surgimiento de una nueva sociedad donde cada día es mayor el número de emprendedores y donde la coyuntura actual obliga a muchos a reinventarse y adaptarse a las nuevas exigencias del mercado, donde el modelo patrón-asalariado comienza a ser desplazado por otro basado en el intercambio de servicios entre profesionales. Y en este proceso de transición cambia también el concepto de oficina y surge el de coworking. Se trata compartir con otras personas un espacio de trabajo, pagando exclusivamente por el tiempo de uso.
Hemos visitado uno de estos espacios de coworking. Se trata de Wayco, fundado en 2013 y situado en el centro histórico de la ciudad de Valencia, en un edificio de cinco plantas y más de 1000 m2. Desde hace algo más de un año está dirigido por Nacho Cambralla, que además presta servicios de asesoramiento empresarial e imparte formaciones en el centro. Nacho nos ha enseñado las instalaciones y nos ha explicado todo lo que se puede hacer allí adentro.
El perfil del coworker
Son diversas las circunstancias que pueden llevar a un profesional a elegir un coworking como lugar de trabajo. Entre los casos más habituales nos encontramos con estos:
- Profesional autónomo que habitualmente trabaja desde casa pero que algunos días se desplaza hasta allí porque le ayuda a centrarse en su actividad y evitar las distracciones propias del hogar.
- Viajantes que están de paso en la ciudad y necesitan un lugar donde entrevistarse con sus clientes en un entorno propicio para el trabajo.
- Empresas emergentes que buscan maximizar el ahorro en costes en su fase inicial y deciden prescindir de una oficina propia, apostando por una opción mucho más económica y que les ofrece las mismas posibilidades.
- Empresas de selección de personal que alquilan las salas para realizar las entrevistas a sus candidatos.
- Personas de otros países que viven en la ciudad y escogen este entorno para trabajar, practicar nuestro idioma y conocer gente.
Nacho acoge con una calidez extraordinaria a todo aquel que cruza la puerta del edificio y nos comenta que allí podemos encontrar profesionales de disciplinas muy variadas. Él se encarga, además, de poner en contacto a unos con otros para favorecer futuras sinergias y colaboraciones de trabajo.
Ventajas de trabajar desde un coworking
Precisamente lo que comentábamos en el párrafo anterior, la posibilidad de conocer profesionales del mismo sector o sectores complementarios. Y en esto coinciden casi todos los usuarios con los que tuvimos ocasión de charlar. El entorno favorece el contacto personal, bien sea en la cafetería, en los espacios comunes o, como sucede en Wayco a diferencia de otros centros, en la asistencia a cualquiera de las actividades que se organizan al efecto: desayunos de trabajo, charlas, talleres, cursos, presentaciones… De todos estos eventos surgen colaboraciones profesionales y proyectos que, de otro modo, quizá no habrían sido posibles.
El ahorro en costes es otra de las ventajas de un coworking, puesto que únicamente se paga por el tiempo de uso. Existen varias posibilidades, pago por horas sueltas, por días, bonos de horas semanales, cuota fija mensual… Está todo pensado para adaptarse a la opción que más acople al interesado.
Un entorno favorable para concentrarse en el trabajo. En el caso de quienes suelen trabajar desde casa, esta es una gran ventaja. A veces en el hogar no se dispone de una habitación que reúna las condiciones adecuadas, no se está solo, o no se disfruta del silencio necesario para concentrarse. Por no hablar de las tareas domésticas, que son una de las principales fuentes de distracción para los llamados homeworkers.
¿Y qué pasa con mis cosas?
Una de las precauciones que he de tener si decido convertirme en coworker es proteger mis objetos de valor y herramientas de trabajo. En la sala no estoy solo, sino que a mi lado y frente a mí existe otra mesa ocupada por otra persona a la que lo normal sea que no conozca de nada, al menos al principio. A pesar de que, tal y como nos comenta Nacho, dispongo de taquillas con llave para depositar allí mis pertenencias y de que es palpable el clima de respeto imperante en la comunidad, siempre tenemos el riesgo de hurto, aprovechando una escapada al baño o a tomar un café rápido. ¿Y qué sucede si, por ejemplo, a la vuelta ha desaparecido mi ordenador portátil o mi teléfono móvil?
Si esto ocurre el centro no se haría responsable. Por ello he de saber que si dispongo de un seguro de hogar tengo incluido el servicio de protección digital, que entre otras cosas, me permite localizar y bloquear mi dispositivo en caso de hurto, además de tener cubierto hasta un total de 200 €. Asimismo puedo utilizar el soporte informático para que me instalen un sistema de antivirus que me proteja frente a amenazas derivadas del uso de una red compartida o, en casos extremos, solicitar el borrado de la huella digital.
Surgen nuevos tiempos y desde Mapfre nos adaptamos a las nuevas demandas de nuestros asegurados. Consúltanos sin compromiso.
Imágenes cedidas por Wayco
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