Quedarse en paro, ¿un empujón hacia el emprendimiento?

DIARIO DE UNA EMPRENDEDORA.PARTE I.

El pasado mes de junio me quedé en el paro. Como seguro muchos de vosotros habréis vivido en propias carnes, me dijeron que se veían obligados a recortar en personal porque el volumen de ventas de la empresa, perteneciente al sector de la telefonía móvil, no daba para mantener a toda la plantilla y claro, si no estaban siendo rentables tenían que tomar medidas. No sin agregar de inmediato lo contentos que habían quedado conmigo y lo buena profesional que soy, tal y cual. ¿Os resuenan estas palabras, a vosotros también os ha pasado?

En un principio recibí la noticia como un mazazo, llevaba diez años trabajando en el sector para terminar así. Me vine abajo y sentí mucha rabia hacia los que habían sido mis jefes hasta entonces. Pero días después, ya más calmada, descubrí que en realidad lo que me habían dado sin saberlo era la oportunidad de reorientarme profesionalmente y dedicarme a lo que de verdad me gusta: el marketing digital, los blogs, las redes sociales…

Reciclarse profesionalmente

Así pues empecé a prepararme para iniciar mi nueva etapa, hice cursos, construí mi página web y comencé a publicitar mis servicios. Contacté con un coworking de mi ciudad y comencé  a desplazarme allí días sueltos para desarrollar mi jornada laboral en un entorno más propicio. Contraté el servicio de protección digital incluido en mi póliza de seguro de hogar, y así estaría tranquila ante un posible riesgo de hurto. Me sentía feliz y realizada, me daba miedo emprender este nuevo camino pero tenía claro que ese era mi lugar en el mundo, para lo que estudié una carrera y donde sabía que podía explotar mis talentos al máximo. En poco tiempo ya tenía mi primer cliente y aquí es donde vino la gran pregunta: ¿me interesa darme de alta como autónoma? ¿Merece la pena hacerlo si de momento sólo tengo un cliente y voy a facturar menos que lo que voy a pagar de cuota a la Seguridad Social?

Visita a la oficina de la Seguridad Social: no sabe, no contesta.

Salí de allí con las mismas dudas que cuando entré.

Pues allá que me voy a la oficina más próxima de la Seguridad Social para preguntar todo lo que tengo que saber antes de dar el paso. Me atendió un señor desganado y entrado en años al que la era digital le había pillado mayor. Me dijo que entrara en la web y me diera de alta directamente desde allí, que la cuota son alrededor de 260 € al mes y ya está. Esa fue toda la información.  Le pregunté si tenía derecho a alguna bonificación o ayuda, que había oído hablar de la tarifa plana para autónomos y quería informarme. Entonces me dijo que si no había sido autónoma en los últimos cinco años podía beneficiarme de esta llamada tarifa plana. Le di mis datos y verificó que tenía derecho a ella, no sin antes hacer una mueca de desagrado. Le pregunté en qué consistía y cuánto tendría que pagar y me dijo que los primeros seis meses pagaría menos y que luego, progresivamente, me irían subiendo la cuota el segundo y tercer semestre hasta cumplir el máximo tiempo de bonificación. Y fin de la consulta.

Salí de aquella oficina con la convicción de que había perdido mi tiempo y de que había sido desatendida totalmente. Seguía teniendo las mismas dudas que cuando entré o más.

Continuará…